LA ESCUELA TÉCNICA Y SUS RAÍCES
Si queremos bucear en los orígenes de la Educación Técnica en Europa debemos remitirnos al siglo XIX cuando a la par de la Enseñanza Media común se desarrollaron aprendizajes postbásicos dirigidos a oficios y a las nuevas ocupaciones especializadas en la industria; la escolarización generalizada hizo que estos aprendizajes pasaran de la fábrica o el taller artesanal, a la escuela. El más creativo y eficaz de los modelos de integración de enseñanza escolar y aprendizaje fue el del sistema dual, desarrollado en Alemania, Austria y Suiza. Mediante el mismo, se alternaba la enseñanza escolar con la práctica en el taller o la fábrica. Los graduados obtenían una certificación profesional que les permitía ejercer una ocupación calificada en un mercado fuertemente regulado y un título educativo medio que no brindaba acceso a carreras universitarias liberales. Obviamente, estos estudios orientados a la inserción temprana en el mercado de trabajo atendían mayoritariamente a los sectores obreros y de clase media baja.
Las ambiciones de igualdad de oportunidades que signaron la segunda mitad del siglo XX, y la crisis del empleo de fines de dicho siglo, convirtieron a esa dualidad en una segmentación.
Ya en Argentina, la escuela industrial, fundada por un ingeniero, muy inspirada en el modelo alemán y ampliamente dotada de equipamiento actualizado, tenía un currículo basado en los principales procesos industriales de la época ( mecánica, construcción,electricidad y química ), con alta participación de ciencias básicas, práctica de laboratorio y aprendizaje en el taller escolar. Los primeros directores fueron los ingenieros Krause y Latzina, y la influencia ingenieril en la enseñanza secundaria técnica fue muy fuerte desde su origen. Los egresados se graduaban como técnicos nacionales y podían seguir estudios universitarios de ingeniería.
Desde su iniciación, la educación técnica industrial tuvo dos objetivos manifiestos: uno, era desviar la matrícula de las modalidades mayoritarias de la educación secundaria que se consideraban " fábricas de empleo público " , hacia carreras más útiles. La segunda, muy unida a la primera, era promover mandos medios para la naciente industria que se consideraba sería una actividad principal en el futuro del país. Pero la educación secundaria industrial no agotaba la formación profesional para este sector; paralelamente, en 1909-1910 fueron creadas Escuelas de Artes y Oficios a lo largo y a lo ancho del país; en ellas se enseñaba :Herrería, Carpintería y Mecánica. Se podía asistir habiendo aprobado sólo cuatro grados de educación primaria y eran terminales. Tenían tres años de aprendizaje práctico, con tres cuartas partes del tiempo dedicado al taller, y el resto, en enseñanza escolar de Matemática, Física, Mecánica, Tecnología y Dibujo Técnico. Estaban dirigidas a los hijos de los obreros, y en sus primeras décadas creció fuertemente la captación de alumnos.
Como puede verse, los inicios de la formación técnico vocacional argentina siguieron un modelo de caminos paralelos no sólo con respecto al resto de la enseñanza postprimaria, sino también al interior de la educación dirigida a formar para el trabajo industrial.
La Educación Técnica tuvo profundos cambios en el transcurso de su larga historia. Dos se destacan netamente: la creación de la Comisión Nacional de Orientación y Aprendizaje y la del Consejo Nacional de Educación Técnica ( Conet ) en el gobierno de Frondizi. La Comisión antes mencionada quiso instaurar una enseñanza técnica postbásica que complementara la expansión de la escuela primaria en el primer gobierno peronista ( 1946 ). Impartía una educación vocacional técnica focalizada en las ascendentes capas obreras y respondía a un modelo insdustrializador. Con respecto a los contenidos de la enseñanza, las humanidades tenían poca importancia con respecto a la áreas técnicas y estas últimas estaban concentradas en Mecánica y Electricidad. Las escuelas de la Comisión Nacional de Orientación y Aprendizaje reemplazaron a las escuelas de Artes y Oficios. Durante el gobierno del General Perón, estas escuelas incrementaron notablemente la matrícula.
En el contexto del gobierno desarrollista de Arturo Frondizi ( 1958-1961 ) se resolvió unificar las escuelas técnicas y se creó el Consejo Nacional de Educación Técnica, compuesto por una representación tripartita de empresarios, sindicatos y el Estado.
Las Escuelas Nacionales de Educación Técnica ( E.N.E.T .), integraron , a partir de 1965 las antiguas Escuelas Industriales, de la Comisión Nacional de Orientación y Aprendizaje y las pocas restantes Escuelas de Artes y Oficios.
Todas ellas tuvieron, desde ees momento, un plan común dividido en distintas especialidades. Los estudios postprimariios comenzaban con tres años comunes a la educación secundaria ( ciclo básico ), más el agregado de horas de taller en contraturno, complementado por un ciclo de tres años de especialización. Las especialidades más numerosas continuaron siendo Mecánica, Electricidad, Construcción y algo menor, Química.
Si bien nuestra Escuela Técnica tuvo su origen en la provincia de Santa Fe, el modelo de currículo estuvo muy ligado al de las escuelas técnicas nacionales. Las materias comunes a todas las especialidades eran Lengua Nacional, Educación Cívica e Ingles; las afines a los grupos de especializaciones incluían las disciplinas científicas tales como Análisis matemático, Física, Química; el tercer tipo de asignaturas se refiere a la teoría y tecnología del área específica; finalmente se incluían algunos cursos de apoyo a la gestión industrial y un monto importante de tiempo dedicado a tareas de taller y laboratorio.
La crisis del modelo industrializador, crisis que se manifestó en la decadencia del empleo industrial señaló el momento de madurez de la educación técnica argentina y la expansión de su modelo a otros países de América Latina.
A partir de la década del 70, la demanda social por educación técnica siguió siendo fuerte, pero la capacidad del gobierno nacional de crear nuevas escuelas técnicas fue limitada. En consecuencia, las provincias, en particular las más pobladas crearon escuelas técnicas semejantes a las nacionales. Se produjo en ese período una suerte de secundarización de la educación técnica, donde de hecho se enfatiza el componente de educación media y pierde actualidad y fuerza la educación tecnológica y el aprendizaje en taller.
Con la promulgación de la Ley Federal de Educación ( 1993 ) se modificó la organización y el currículo del sistema educativo en todos sus niveles.
Esto tuvo impacto en las escuelas técnicas, cuyo perfil empezaba a desdibujarse ; si bien algunas jurisdicciones decidieron mantener la estructura de la escuela técnica anterior, otras realizaron distintas adaptaciones y se conviirtieron en polimodales que incluyeron como modalidades: Producción de Bienes y Servicios o Ciencias Naturales y se articularon con Trayectos Técnicos.
Sin embargo, en los últimos años ha aparecido una fuerte reacción. Por un lado, la reactivación económica a partir de 2003 y el surgimiento de industrias y talleres con demanda de nuevos trabajadores se enfrentó con la escasez de personal calificado. La mirada se volvió entonces hacia las escuelas técnicas, sobre todo en las regiones industriales; esto provocó un resurgimiento en el interés por estas instituciones. Por otro lado, desde el Estado se produjo un renovado interés en activar la educación técnica a través del Inet, organismo del Ministerio de Educación Nacional a cargo de la orientación de la educación técnico- profesional. La Ley de Educación Técnica recientemente promulgada da testimonio de ese interés. Se ha iniciado el financiamiento de programas de renovación de la Educación Técnica, de equipamiento y mecanismos de certificación nacional de los títulos técnicos.
Pese a la crisis coyuntural que vivimos, los movimientos tendientes a equipar y dotar a las escuelas técnicas de todo lo necesario para un exitoso accionar, hacen prever una oportunidad para que éstas puedan encontrar de nuevo un lugar significativo en la educación secundaria argentina.